CIUDAD MCY.- En Venezuela, junio es un mes de mucha significación histórica y tradicional puesto que cuenta con tres de los Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad declarados por la Unesco; entre ellos tenemos los Diablos Danzantes de Corpus Christi, el Ciclo Festivo de San Juan Bautista y la Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire.

Los Diablos Danzantes de Corpus Christi, tradición a celebrarse el jueves 8 de junio del presente año y primera manifestación venezolana reconocida por la Unesco en 2012, es una celebración movible según el calendario católico que marca al Corpus el noveno jueves después del Jueves Santo.

Se estima que sus orígenes en Venezuela datan de mediados del siglo XVII, en haciendas de los estados Aragua y Vargas. Está validado que, en el año 1749, en el Día de Corpus Christi, hombres, mujeres y niños se vestían de diablos para cumplir promesas realizadas al Santísimo Sacramento. Se trata de la victoria del bien sobre las fuerzas del mal.

Por su naturaleza de tradición oral, a los Diablos Danzantes se les ha atribuido diferentes orígenes y, en la actualidad, se ha dado un importante proceso de validación entre la manifestación venezolana y la española, concretamente con la Hermandad del Santísimo Sacramento del pueblo de Camuñas, perteneciente a la provincia de Toledo, y a la comunidad autónoma de Castilla La Mancha, a través de lo que se denomina Fiesta de Pecados y Danzantes.

Otra de las festividades celebrada el 24 del mes de junio, es la de San Juan Bautista, declarada Patrimonio Cultural San Juan Bautista el 16 de diciembre de 2021. Según el evangelista Lucas, los padres de Juan, primo directo de Jesús, estaban ancianos y su nacimiento le fue anunciado a Zacarías e Isabel por el Arcángel Gabriel el año I a.C. razón por la cual la iglesia católica celebra su natalicio.

En Venezuela, San Juan Bautista está vinculado a la afrovenezolanidad, al complejo mundo de quienes fueron arrancados a la fuerza de sus tierras natales y sometidos a toda suerte de humillaciones y atropellos en sus traslados y asentamientos en América.

En los pueblos con costa cada 24 de junio San Juan es llevado al mar. En los poblados donde hay ríos es llevado al agua dulce, donde los devotos tratan de rememorar y cumplir de alguna manera el pasaje bíblico del bautizo de Jesús en el río Jordán por parte de Juan.

Por último, la Unesco también enlista, el 5 de diciembre del 2013, la Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire, celebrada el 29 de junio en el estado Miranda. En esta los fieles entonan cantos populares en honor al santo ante las imágenes de éste expuestas en las iglesias de ambas localidades. Se celebra una misa en todas ellas, para luego sacar las imágenes a la calle y recorrer las calles en procesión.

Un elemento central de la festividad es la rememoración y escenificación de la leyenda de la esclava María Ignacia, cuya hija fue curada por San Pedro. Algunos parranderos, vestidos con trajes de vivos colores, representan los papeles de los personajes principales de esa leyenda, mientras que los demás agitan banderas y estandartes, tocan instrumentos musicales, sobre todo el cuatro, las maracas y las cotizas, que van en los pies reforzadas por grandes suelas para percutirlas rítmicamente mientras bailan y cantan, improvisando melodías populares.

Las mujeres participan en la preparación y celebración de la fiesta organizando reuniones para instruir a las jóvenes generaciones en la práctica de este elemento del patrimonio cultural, ornamentando las iglesias, vistiendo a las imágenes del santo y cocinando platos tradicionales.

Durante estas festividades, los parranderos, junto con sus familias, vecinos y otros adultos y niños de las comunidades, se reúnen para compartir momentos de alegría, celebrar el espíritu comunitario, la energía y la satisfacción de los parranderos, así como la vitalidad de una tradición que simboliza y reafirma el espíritu de lucha contra la injusticia y las desigualdades.

AGENCIAS