CIUDAD MCY.- Las autoridades de la Defensa Civil de Brasil informaron este martes que la cifra de fallecidos como consecuencia de las intensas lluvias ocurridas el pasado 15 de febrero en Petrópolis, Río de Janeiro, ascendió a 186 personas.

Detalla ese organismo que igualmente existen 69 personas desaparecidas y otras 811 han quedado desamparados luego de que los deslizamientos de tierra arrasaran sus viviendas, cuantificándose hasta el momento 1.324 fenómenos de esta índole.

Precisamente este martes volvió a llover en dicha localidad, por lo que el Cuerpo de Bomberos de Río de Janeiro se vio obligado a detener momentáneamente las labores de rescate, producto de las cuales se han rescatado con vida a 24 brasileños.

En tal sentido dicho ente activó el estado de alerta para los residentes de 15 comunidades este lunes ante la previsión de ocurrencia de precipitaciones cortas e intensas durante todo el día en Petrópolis, de acuerdo a los reportes de Climatempo. Ante lo cual se recomendó estar atentos en todo momento de cara a nuevas alertas.

Por su parte, la Policía Civil continuó con el proceso de recogida de ADN con el cual se facilitará la identificación de víctimas, cuestión que a tenor de los exámenes demora un promedio de diez días previo a estar listo, y que ya ha revelado la identidad de más de 140 fallecidos.

Además de entregar donaciones a los damnificados de conjunto con otras instituciones, como parte de varias campañas de solidaridad que se han venido gestionando para ayudar a las familias afectadas.

Mientras, el ayuntamiento señaló que aquellas personas que quedaron sin vivienda se encuentran refugiadas en inmuebles pertenecientes a escuelas públicas; a la espera de recibir un alquiler social de mil reales, de los cuales 800 serán pagados por el Gobierno estatal y 200 por el municipal.

A propósito de las lluvias y los destrozos ocasionados por las mismas, las autoridades de Río de Janeiro calificaron este evento como el peor de la historia de la ciudad, superando a las cuantiosas precipitaciones de 1988, las cuales cobraron la vida de 171 personas.

Esta situación hizo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), advirtiera sobre la urgencia de tomar medidas inmediatas para contener o prevenir estos fenómenos y lograr una mejor adaptación a los efectos del cambio climático, que en fechas recientes ha costado numerosas vidas derivadas de cuantiosas lluvias y desastres asociados además de en Brasil, en Bolivia, Venezuela y Colombia, entre otros países de Latinoamérica y el Caribe.

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